La madrugada llegó como un suspiro en su nuca. Sam estaba sobre la cama. Aún llevaba la ropa que había usado durante el día. Seguía pensando en la invitación tan directa de Christian. El eco de sus palabras no dejaba de sonar en su cabeza. “Una noche donde tú seas la protagonista.”
La invitación había sido tan audaz como inesperada. Por un lado, sentía un rechazo instintivo a la propuesta. Sabía que la invitación escondía un plan, y que aceptar sería, en cierto modo, una traición a la confianza de Fabio. Pero por otro lado, una extraña mezcla de curiosidad y desafío se encendía en ella.
No odiaba a Christian. Era cierto que la había tratado con una amabilidad que Fabio no había mostrado al principio. Y, en el fondo, su arrogancia tenía un toque divertido, "loquito", como había pensado. La idea de ir a una cena elegante, de ser el centro de atención por una noche, era tentadora. Pero sabía que su principal motivación era otra. Iván.
Miró el reloj. Marcaba las cuatro. No podía tomar