Capítulo 3:

—Tu madre tiene esa extraña enfermedad…y no tenemos dinero para costear el tratamiento…o el desenlace. — dijo el padre de Adara con seriedad.

Adara sintió como todo su mundo se desmoronaba a pedazos, ¿Qué era lo que iban a hacer?, sus padres se abrazaban dejando ver su evidente sufrimiento, y ella se sintió impotente y frustrada al no contar con dinero suficiente para apoyarlos…pero no se rendiría.

—Yo buscare un empleo más, dejaré el departamento para no pagar esa renta y regresaré a su casa, mamá tiene que dejar de trabajar en la mansión Lombardo para que pueda descansar, no sé cómo es que lo haré, pero les juro que conseguiré el dinero para pagar los tratamientos o el viaje que necesita para cambiar de aire y no sigan aquí acinados en la podredumbre de los rezagados. Los apoyaré como sea para que mi mamá pueda sanar. — dijo Adara llevándose una mano al pecho.

Armand y Alana Ángelus, se miraron el uno al otro, y luego miraron a la castaña, una sonrisa se había dibujado en sus rostros.

—¿En verdad estas dispuesta a hacer lo que sea para apoyarnos? — cuestionó Alana mirando fijamente a su hija.

Adara asintió.

— Haré lo que sea por ustedes. — respondió la castaña con determinación.

En la mansión Lombardo.

Dante revisaba con suma atención aquel pequeño expediente que su beta privado había traído consigo. Letra por letra, palabra tras palabra y página tras página, el apuesto hombre de cabellos negros y ojos azules leía el informe que sobre Adara Ángelus le habían proporcionado; esperaba encontrar algo que le resultara de mucha utilidad para acercarse a ella, pues no estaba dispuesto a ceder en sus deseos.

Leyendo con atención, Dante no pudo evitar sentirle realmente sorprendido; Adara estaba estudiando su último semestre en la facultad de medicina en la universidad de Palermo, tenía un promedio impecable y había logrado entrar por recomendación de su padre, Alighieri Lombardo, quien además le había ayudado a conseguir una beca del cien por ciento que la castaña había sabido aprovechar al máximo; se esperaba que Adara se graduara con honores y los profesores humanos la tenían en una muy alta estima, además, hacia un voluntariado en el asilo de ancianos de la ciudad los jueves, y uno en el orfanato los fines de semana; era una figura amada y respetada en su comunidad humana y en sus tiempos libres trabajaba en línea vendiendo perfumes y productos de catálogos. Todo aquello era digno de admirar al entender que solo era la hija de un par de Omegas.

Dentro de la manada Lombardo, ella al igual que sus padres y rezagados omegas, había sido relegada a los limites de sus tierras en donde la lluvia y el fango complicaban la vida de sus huéspedes, y el alimento para ellos era escaso como dictaba la ley de los lobos, el débil estaba destinado a morir, pero leer que aquella hermosa omega de la que había quedado prendado había logrado tanto dentro del mundo humano, lo había sorprendido.

Sobre el hombre que la había estado acompañando no había claridad en el tipo de relación que tenían; su nombre era Vincent Salvatore, clase alta nacido en una noble familia de cazadores de bestias; era compañero de Adara desde el primer semestre, eso significaba que ya se conocían desde al menos hacia siete años…el mismo tiempo que el llevaba fuera del país.

Dante no iba a negárselo a él mismo ni a nadie; estaba celoso, tan celoso que quería ir personalmente a buscar a ese joven hombre humano para hacerle saber que Adara no sería para nadie más que no fuese el. Adara era una hembra lobo de carácter fuerte, firme y moralista; una bella rosa incorruptible que se alzaba perfecta entre todas las demás en su jardín. 

Escuchando dos golpes en la puerta del estudio que ahora le pertenecía, ordenó que entrasen y se sorprendió de mirar a su viejo mentor frente a él.

— Joven amo, lamento mucho la pérdida de su padre, y también lamento no haber llegado a tiempo para sus funerales después del encargo que me encomendó. — dijo el anciano Wolfgang.

—No te preocupes maestro, mi padre no quiso nada ostentoso, y me dejó por escrito su petición de depositar sus cenizas junto a las de mi madre, así que ya lo he hecho sin cámaras ni miradas curiosas de por medio. ¿Qué es lo que trae por aquí?, ¿Tienes más noticias para mí? — cuestionó Dante.

—Vine también a petición de su padre; me dejo por escrito su última voluntad, en la cual le pide encarecidamente que encuentre una Luna a la brevedad posible para continuar con el legado familiar; si usted no procrea un heredero Alfa antes de que se cumplan dos años desde su partida, la familia Lombardo de las ramas menores tendrá derecho de hacer un reclamo por la posición de Alfa al momento del fallecimiento de usted, mi joven amo. Permítame volver a sugerirle el aceptar el compromiso de apareamiento con la luna Halia Lenar, ella aún permanece virgen y sin aparear, y tiene su misma edad, y está de más mencionar su impecable linaje y poderío empresarial en el mundo humano; me parece una luna adecuada para usted, y seguramente le dará cachorros fuertes de inmediato. — dijo el viejo Wolfgang con la esperanza de que Dante aceptara.

Mirándolo aquella carta de voluntad que había dejado su padre, Dante la miró con indiferencia.

—No voy a unirme a esa mujer, no la he visto ni una sola vez desde que la mencionaste hace ya diez años, y creí haber dejado mi voluntad en claro, tomaré a quien realmente quiero como mi compañera y eso es todo. — dijo Dante con molestia.

—La omega Ángelus es una joven muy prometedora en el mundo humano, no voy a negarle eso mi señor, pero sigue siendo la hija de un par de omegas y en la ley del lobo una hembra débil no puede aparearse con un Alfa, nadie aceptará que usted se una con ella, y debe de saber ya que siendo una débil omega es prácticamente imposible que le dé un heredero a Alfa, su posible esterilidad no debe de tomarse a la ligera, además, la joven está saliendo con alguien; un joven humano de linaje cazador, todos la vieron en los funerales de su padre acompañada de ese buen mozo, así que… —

—¡No me importa si ese tipo está saliendo con ella o no!, he decidido desde que era un niño que Adara sería mi Luna, y así lo será, así que no vuelvas a sugerirme que me una en un vínculo con nadie más, porque no lo haré, ¿Queda claro maestro Wolfgang? — gritó Dante interrumpiendo a su mentor.

Wolfgang suspiró.

—Como el agua, mi señor. — respondió el anciano lobo.

Al día siguiente, Dante revisaba sus deberes como el nuevo Alfa líder de los Lombardo, cuando nuevamente escucho un par de golpes en su puerta. Fastidiado, pensó que sería Wolfgang para nuevamente insistirle sobre esa mujer lobo que sus padres habían elegido para él.

—Adelante. — ordenó el apuesto Alfa.

Sorprendido, Dante vio como el par de omegas rezagados Ángelus entraba y se paraba frente a él. El semblante de ambos señores lobo era sombrío.

—Señor Dante, le agradecemos mucho por recibirnos, queremos hablar con usted de un asunto familiar delicado…y traemos para usted una propuesta que seguramente va a interesarle. — dijo Armand Ángelus con seriedad.

Extrañado, Dante les indico sentarse a ambos, aunque no lograba entender que era lo que un par de omegas en sus cincuentas podrían ofrecerle al Alfa multimillonario más poderoso de toda Italia.

—Díganme ¿qué es lo que se les ofrece? — demandó el Alfa.

Alana Ángelus comenzó a sollozar mientras era abrazada por su compañero.

—Mi Luna tiene la enfermedad del lobo, los estudios dicen que aún estamos a tiempo de salvar su vida, pero nuestra posición dentro de la manada no nos permite dejarla ni tampoco obtener los recursos que necesitamos para costear alguno de esos tratamientos experimentales que desarrollan ustedes, así que pensamos en una solución que nos traerá beneficios a todos. — dijo Armand.

Alzando una ceja, Dante se sorprendió aún más.

—¿Cuál es su propuesta y porque asegura tan libremente que nos traerá un beneficio a todos? Se que mi padre fue generoso con ustedes, pero no tengo una obligación legal de pagar el tratamiento completo de su Luna, señor Ángelus, así que a menos de que me explique qué es lo que está planeando, le sugiero que hable con mi abogado para ver cómo es que los podemos ayudar en su situación. — respondió Dante.

Armand asintió. Por supuesto, el señor Alfa Dante no era tan generoso como lo sería su padre, por ello, utilizarían lo único que tenían como moneda de cambio.

—Se que usted desea tener a nuestra hija, aunque sea tan solo una noche. Adara se ha convertido en una joven loba muy hermosa, pero a pesar de ello, le doy mi palabra de que ella sigue siendo pura. Esta es mi propuesta señor Dante, tome a mi hija como pago por darnos el dinero necesario para el tratamiento de mi mujer y un poco más para llevar una vida holgada y tranquila y poder jubilarnos lejos y libres de la manada, si lo acepta, Adara será completamente suya, siendo el hombre lobo más poderoso de Italia, nadie va a cuestionarlo, y usted decidirá qué es lo que hace con ella, si la toma como Luna, o la convierte en su amante. — dijo Armand con seriedad.

Dante se sorprendió de aquellas palabras; los padres de Adara, acababan de darle lo que más deseaba en una bandeja de plata.

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