Cuando se nace omega, se muere omega; aquella era una ley natural que Adara Ángelus conocía muy bien, pues siendo la hija de un par de lobos inferiores, jamás pudo transformarse en su loba lobuna cuando alcanzó su primer ciclo fértil, y con ella había quedado condenada a jamás encontrar un compañero; al menos no uno de alto de rango, y apareándose con un lobo inferior igual a ella, entonces solo un milagro como el que ella misma era, podría darle un hijo.Sus padres eran débiles; rezagados de la manera que se unieron tan solo para no estar solos y no por aquel vinculo que se desarrollaba entre un lobo y su luna, por ello su nacimiento fue inesperado y milagroso, pues dos lobos inferiores rara vez lograban tener un hijo.Sintiendo las miradas incomodas que sobre ella y sus padres se posaban, Adara tan solo guardaba silencio. El Alfa de la manada Lombardo había muerto de vejez, y todo aquel que fuera miembro de alta o de baja clase dentro de la manada, incluidos los rezagados, debían de
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