Samanta
—Bueno chicos, quedé en verme con Caro. Iremos al cine —anunció Aaron con una pequeña mueca en los labios—. ¿Te quedarás aquí, Sam? —preguntó mirándome fijamente, como si quisiera asegurarse de que yo estuviera bien al quedarme sola con Robert.
—Ve tranquilo, amigo —respondí con una sonrisa—. Hablamos más tarde.
Aaron asintió con la cabeza y sonrió más tranquilo.
—Gracias por todo, Aaron —musitó Robert.
Ambos intercambiaron un corto abrazo fraternal, y luego Aaron se alejó con paso firme hacia la salida, dejando tras de sí un silencio extraño. Yo jugueteé con mis manos sobre la mesa, sintiendo la tensión en el ambiente mientras Robert permanecía a mi lado, observándome de reojo con una necesidad que no supe interpretar.
—Me alegra que te quedaras —murmuró él finalmente, con la voz rasposa, como si temiera que al hablar demasiado alto me espantara—. Por un momento pensé que saldrías corriendo junto a Samuel.
Tragué saliva y forcé una sonrisa, aunque por dentro una parte de