Mundo ficciónIniciar sesiónLa cocina comedor estaba desierta cuando Stu entró, pateando el suelo para desprender arena y barro de sus suelas. En un primer momento le pareció que todo estaba en silencio, pero cuando terminó con el ruido de dejar las bolsas y quitarse la chaqueta, oyó música desde el dormitorio. Su laptop seguía sobre la mesa y C nunca escuchaba música de su teléfono sin auriculares, así que debía estar tocando la guitarra. Si llegaba a ser una de las canciones que compusiera con el imbécil, se lo sacaría de la cabeza sin siquiera molestarse en avisarle.
Cruzó el comedor hacia el dormitorio y lo sorprendió encontrar la puerta entornada. No cerrada. A C no le gustaban las puertas cerradas, como si sufriera algún tipo muy leve de claustrofobia. Le había explicado que tras casi diez años de vivir sola antes de casarse, se había habituado a no precisar cerrar ninguna puerta. Y el hábito se había afianzado al nacer Nahuel, si ella precisaba saber que el bebé estaba bien cuando no estaban en l







