Mundo ficciónIniciar sesiónEl silencio al otro lado de la puerta terminó reclamando su atención. Alzó una mano para llamar y la risita de C lo desconcertó. Abrió sin llamar y la halló tendida boca abajo en la cama, con su guitarra al lado, de espaldas a él, escribiendo en su teléfono.
Todas sus dudas existenciales se diluyeron vergonzosamente cuando sus ojos recorrieron las piernas de C, en unas mallas de gimnasia tan ajustadas que era como si no llevara nada puesto. Antes que pudiera detenerse a pensarlo, sus pies lo llevaron de puntillas a acercarse a la cama, por detrás de ella. C parecía estar escribiéndose con alguien, y no advirtió su presencia hasta que las manos de Stu se apoyaron con firmeza en la parte posterior de sus rodillas y subieron lentamente.
Su reacción fue arquearse, soltando el teléfono. Stu se agachó sobre ella para morder suavemente el cuerpo que se alzaba para encajar mejor entre sus manos. C dejó escapar un suspiro y él maldijo saber que luego de la ducha, necesitaría al







