Capítulo 37. SOLO POR NECESIDAD
Liana se despertó sola en la inmensa cama de la suite. El búnker había quedado atrás, pero la tensión era una presencia palpable. Lucifer, fiel a su evasión, había huido al trabajo, el único lugar donde el dolor de la negación de Liana no podía alcanzarlo.
Ella se levantó, sintiendo el vacío. Había ganado la batalla del control en la intimidad y en público, pero la victoria se sentía amarga. Él era su refugio y su infierno y ahora estaba sola.
Al salir, encontró a Bruno esperándola.
—Señora D'Angelo. El Don me ha ordenado informarle que la seguridad se ha triplicado. El ataque de Petrov anoche fue social. El próximo será físico.
—¿Y dónde está Lucifer? —preguntó Liana.
—En la oficina. Trabajando en la consolidación.
Él se sumergía en las finanzas para evitar la confrontación emocional. Ella, sin embargo, tenía que enfrentar el silencio.
Liana se dirigió a la biblioteca del palazzo, intentando sumergirse en viejos textos legales, su única vía de escape. En añfo quería ocuoar su