Antes de subir, se giró hacia Gavin y le dijo con seriedad:
—Cuida a Dylan. Si algún día quiere comer algo hecho por mí, puedes llevarlo a mi antiguo apartamento y yo le cocinaré.
Sin darle tiempo a responder, abrió la puerta del taxi y se subió.
No tenía un destino claro, pero al abrir la aplicación de transporte, su antigua dirección apareció como sugerencia y, sin pensarlo mucho, decidió regresar allí. Afortunadamente, aún era temporada de vacaciones y el propietario no lo había alquilado. Todas sus cosas seguían en el lugar, y todavía tenía la llave.
Al entrar en el apartamento, una sensación de familiaridad y pertenencia la envolvió. Dejó el equipaje a un lado y se dejó caer en la cama. Apenas se acomodó, su teléfono vibró.
Por un segundo, pensó que sería Marcus y un destello de esperanza cruzó por su corazón. Pero al mirar la pantalla, se dio cuenta de que era un mensaje de aquella mujer:
“¿Ya te quedaste sin hogar? Pensé que serías una rival digna, pero parece que te sobrestimé