VIGGO THORNE
—Iván robó todo ese dinero con plena intención —había soltado el auditor, Jonathan Davis, en ese momento, viéndome con su mirada de hielo y su gesto determinado—. No solo te traicionó a ti, traicionó a todos los involucrados. Te recuerdo que los Blackwell invirtieron dinero, tiempo y hombres en el atraco, además están respaldados por la familia Makarov.
»Si no se resuelve cuanto antes, la auditora rusa no tendrá inconveniente en dejar que los Makarov vengan a cobrarse y los Blackwell los van a flanquear. —Suspiró con pesadez mientras yo reflexionaba cada una de sus palabras.
Iván y yo habíamos trabajado juntos por años. No era la primera vez que hacíamos esto, pero si la primera en la que él me traicionaba.
—Puedo pagar de mis arcas lo que les corresponde a los Blackwell y Makarov —solté apesadumbrado, con la mirada perdida, queriendo creer que todo era un malentendido, que Iván no era capaz de traicionarme así, que en cuanto lo viera, tendría una buena explicación.
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