TANYA RHODES
—¡Por tu culpa mi madre murió! —exclamé furiosa, con los ojos llenos de lágrimas—. Dejaste libre a Fabián para lastimarme y en el proceso la mató a ella. ¡Eres una asesina! ¡Tus manos también están llenas de sangre!
»¿Qué hay de Kevin? ¡Casi muere mi amiga! —Su actitud cambió de defensiva a infantil. Torció los ojos, sosteniendo una sonrisa sarcástica.
—¡Por favor! Solo quería que Vanessa se alejara de Noah —contestó encogiéndose de hombros—. Mi hijo no merece a una vulgar como ella. ¡Tanya! ¡No eches todo a perder! ¡¿No te das cuenta?!
Se acercó, pero yo retrocedí.
—Viggo es el único obstáculo para que todos seamos felices —agregó suplicante, como si sus palabras tuvieran sentido para mí—. Piénsalo. Con Viggo muerto y Vanessa lejos, tú y Noah pueden estar juntos, tener una familia y darme nietos.
»Por fin tendremos paz y un final feliz, ese que tanto nos merecemos. Los malos desaparecen y los buenos nos quedamos a vivir la vida como se debe.
—Me parece bastante presu