73. ANTES DEL SILENCIO
[FRANCESCO]
El paddock vibra de una manera distinta el día de clasificación. La noche de Las Vegas todavía se siente sobre la pista, aunque el sol ya haya salido. Hay un aire seco, casi eléctrico, como si la ciudad misma supiera que en unas horas todos los ojos estarán puestos en lo que hagamos.
Camino por el pasillo iluminado con luces de neón que nunca se apagan, y cada paso que doy resuena en mi pecho como un tambor. Los mecánicos ya están en movimiento, los ingenieros con tablets en mano, revisando simulaciones y estrategias. Pero yo solo tengo la mirada fija en una figura que destaca entre todas: Sofía.
Está de pie junto al monoplaza, inclinada sobre la pantalla con datos en tiempo real. El cabello recogido con descuido, un mechón rebelde suelto acariciándole la mejilla. Sus ojos grises analizan números, gráficas, variables que solo ella entiende con tanta precisión. La veo hablar con otro ingeniero, dar indicaciones rápidas, casi con autoridad natural. Y entonces siento ese nudo