72. CONTRA TODOS
[SOFÍA]
Al día siguiente: 13 de noviembre
El sol apenas empieza a colarse por las cortinas del hotel en Las Vegas. La ciudad brilla con luces que todavía parecen dormidas, y yo sigo abrazada a Francesco, sintiendo el calor de su cuerpo como si fuera un refugio del mundo exterior. Sus ojos verdes descansan cerrados, pero puedo imaginar la tensión que aún lleva dentro, esa mezcla de preocupación por William y de deseo que me consume cada vez que estamos juntos.
—Buenos días, tesoro —susurra, con la voz rasposa por el sueño.
Me giro para mirarlo y lo encuentro recostado, el cabello desordenado y la piel todavía caliente por lo que compartimos anoche. Mis dedos recorren lentamente su pecho, sintiendo cada músculo bajo la piel, como si quisieran grabar cada curva de su cuerpo en mi memoria.
—Anoche… fue… —comienzo, pero las palabras se pierden entre sus labios que buscan los míos—, —susurro, y él sonríe apenas, esa sonrisa que me hace sentir que todo lo que existe fuera de esta habitación