22. TODO LO QUE CALLAMOS
[FRANCESCO]
Al día siguiente: 14 de octubre
La clasificación está a pocas horas, pero mi cabeza no está en la pista. Estoy solo en la sala de pilotos, con los ojos cerrados y los audífonos puestos, fingiendo que escucho música. En realidad, solo repaso cada curva del circuito, cada frenada, cada maniobra posible. Todo lo que debería estar ocupando mi mente. Pero lo único que realmente ocupa espacio en mí... es ella.
Sofía.
Desde que acordamos dejar de fingir después de la clasificacion, cada minuto pesa diferente. El simple hecho de imaginar que, por unas horas, podremos bajar la guardia, dejar de actuar, mirarnos sin guiones... es tan aterrador como inevitable.
La clasificación, como era de esperarse, es un caos. Q1 arranca con una bandera amarilla, en Q2 me cierran dos autos y, en Q3, el tráfico arruina la vuelta que tenía marcada como decisiva. Termino en P7. No es un mal resultado, pero tampoco lo suficiente. No para lo que necesito demostrar. A mí mismo. Al equipo. A ella.
Al baj