11. NO EXISTE UN NOSOTROS
[SOFÍA]
8 de octubre
Se supone que deberíamos entrar a la fábrica tomados de la mano, sonriendo como si el mundo entero no estuviera a punto de devorarnos. Dar la imagen perfecta para los buitres con sus cámaras. Como si todo estuviera bajo control.
Pero después de lo que pasó entre él y yo en aquel cuarto en Luxor... nada está bajo control.
Ni él.
Ni yo.
Ni esto que creímos poder fingir.
Le dije que fue un error, y solo pronuncié esas palabras para no lastimarlo más.
Pero Francesco es muy inteligente.
Demasiado.
Sabe que la escudería está detrás de este plan, que no fue idea mía posar de su "novia perfecta" para calmar al consejo directivo ni a los patrocinadores. Sabe que, aunque me lo pidieron a mí, en realidad era una orden disfrazada de favor.
Lo que tal vez no sabe —o finge no saber— es que yo no necesitaba ninguna orden para decir que sí.
Lo habría hecho de todas formas. Por él. Como siempre.
Frente a nosotros, los flashes ya empiezan a estallar tras las rejas del portón. Los