12. CONFESIONES
[SOFÍA]
—Box en vuelta 24, entonces —dice uno de los técnicos, sin percatarse del silencio denso entre nosotros.
—Confirmado —respondo, intentando que mi voz suene firme.
Francesco no levanta la vista. Acomoda el lápiz entre sus dedos como si con eso pudiera calmar el temblor invisible que le recorre la mano. Lo conozco demasiado. Sé que está conteniendo algo. Una pregunta, un impulso, una palabra que no debe decir aquí.
Me obligo a revisar el resto de la tabla de simulación. Consumo de combustible, predicción de lluvia, ventanas de adelantamiento. Todo está bien. Todo es lógico. Ordenado. A diferencia de lo que pasa cuando él me mira como lo hizo anoche en el pasillo del hotel, cuando el mundo se quedó en pausa un instante y volvimos a cruzar esa línea que juramos no cruzar.
—Sofía —vuelve a decir, más bajo. Casi como si se arrepintiera.
No lo miro.
—El simulador marcaba una diferencia de seis décimas con el compuesto duro en la última tanda. ¿Lo confirmaste?
Él suspira. Apenas audib