Nikolaus Hoffman.
Un mes después.
Alemania siempre nos recibe con los brazos abiertos. Su tierra fértil, sus viñedos y ese aire fresco que parece purificar el alma, son parte de la historia de nuestra familia. Varios de los vinos que llevaron a la Maison d’Eva Vins a la cima nacieron aquí, en este suelo generoso que hoy vuelve a ofrecernos su esencia.
Eva ama este país. Durante años ha tomado clases de alemán y cada vez que la escucho pronunciar una palabra con ese acento dulce que le es imposible disimular, siento que la amo más. Niklaus, nuestro pequeño, prácticamente creció aquí, entre idas y venidas, acompañando los asuntos que me atan a Empresas Hoffman. Alemania siempre ha sido un punto de retorno, un refugio al que la vida nos empuja.
Ahora, la tengo frente a mí, entre luces de faroles y melodías que envuelven el festival en Baden. Sus mejillas enrojecidas por el calor de la danza me roban el aliento; la observo y mi corazón se ensancha, late con una fuerza que me estremece.