Punto de vista Madison
Al día siguiente de nuestra despedida de solteros, sentí demasiado sensibles mis senos y mi vulva, era una extraña sensación, como si hubiera tenido sexo de una forma descomunal, y todo eso se lo debía a la gran cantidad de orgasmos que tuve la noche anterior, creo que antes, jamás había experimentado esas sensaciones. Sonreí con travesura.
Me giré hacia el otro lado y Maximiliano ya no estaba en la cama, eso no era raro, él siempre se levantaba primero que yo, miré la hora y eran ya las 9 de la mañana, sentía un poco de ardor en mis senos, levanté mi blusa y tenía demasiadas manchas moradas rodeando mi pezón.
¡Por favor! La noche estuvo intensa, de solo recordarlo, un poco de excitación se posó en mi entrepierna. Recogí mi cabello y me fui hacia el baño, me cepillé los dientes y decidida a bajar al comedor, un delicioso olor a desayuno invadió mis fosas nasales.
Los pasos de Maximiliano se escuchaban cerca a la habitación, así que salí corriendo y me fui