Punto de vista Madison
Moría de deseos por sentir la explosiva polla de Maximiliano penetrando mi interior, el castigo impuesto me estaba afectando mucho más a mí, que a él.
Sin embargo, yo no tenía problema de que él fuera un mafioso, jure en el altar amarlo de manera incondicional, ser su mujer y amarlo y respetarlo hasta que la muerte llegue para cualquiera de los dos, o para los dos, porque si él llegará a morir, tendrían que enterrarme con él. ¡No soportaría una vida en donde Maximiliano Ferrer no acompañara mis días!
Pero, Mía Ferrer era quien realmente me preocupaba, una niña tan inteligente como ella no debía estar viviendo situaciones que la afectaran, desde que era tan solo una niña, presenció como la mafia invadió sus espacios, empezando por la madre que la vida le concedió, un demonio sin escrúpulos ni sentimientos, que fue capaz de arriesgarla en un atentado, sin tener un poco de piedad ni compasión.
Suspiré al verla sentada en la alberca jugando con Sebastián, quería pe