Punto de Vista de Maximiliano.
Al escuchar ese gemido, comencé a acariciar su cuerpo con mis manos, pasé por su pecho, y apreté sus pezones, enrosqué cada uno de ellos con mi dedo índice y pulgar, jugueteando suavemente, mientras lo hacía.
Besé su frente, baje por sus ojos, y sobre sus parpados también le di un beso a cada uno, llegué a su nariz, y se la besé con ternura, pero cuando llegue a sus labios, la explosión se hizo presente, acabe metiendo mi lengua hasta su garganta, no dejaba de mover mis dedos de forma ágil en sus pezones. Madison , dejó su molestia a un lado y comenzó a desvestirme con desespero.
Me quitó la chaqueta, luego desabrochó la camisa, lo hizo tan rápido, que mi parte superior quedó desnuda frente a ella en un dos por tres, ella se agachó un poco y comenzó a lamer una de mis tetillas.
—Ah Madison ¡Como te deseo!
—Y yo a ti, pero no me siento segura, dime algo que me haga sentir segura, Maximiliano.
Levanté su precioso rostro y la besé, la dirigí hasta el sofá