Al llegar al piso donde trabaja, Marina siente todas las palabras de Katrina resonando en su mente. Aunque no tenga nada con Víctor, la provocación la deja desconcertada y levemente incómoda.
«Deja de pensar demasiado, Marina», su propio pensamiento la incomoda, obligándola a concentrarse en otra cosa. Pero la idea se instala de forma molesta, difícil de ignorar.
Caminando por el pasillo que lleva a su sala, intenta enfocarse solo en su trabajo y en su relación.
Durante el trayecto en coche con Sávio, ella se dio cuenta de cuánto lo estaba descuidando, además de cuestionarse sobre su propio comportamiento cuando estaba lejos de él. Por eso, se prometió a sí misma que se alejaría de Víctor en cualquier conversación que no fuera estrictamente de trabajo. Como había dicho Katrina, ella conocía a Víctor desde hacía más tiempo y sabía que él era un «mujeriego» con respecto a las mujeres.
«No deberías querer besarlo, ni siquiera soltera. Para Víctor, no eres más que una mujer común entre mi