Sin entender de inmediato lo que su madre acababa de decir, Víctor opta por permanecer callado, esperando que ella continuara.
—Mentí para ti y para tu hermano —confiesa Joana, con su voz cargando un peso evidente. —Siempre hice que ustedes creyeran que tu padre y yo nunca tuvimos desacuerdos, pero esa no es la verdad. —Ella baja la mirada, toma una pequeña cuchara y empieza a mezclar su té, como si necesitara de ese pequeño movimiento para reunir coraje antes de continuar. —Después de tener a Rodrigo, me di cuenta de que tu padre se volvió más distante, parecía cansado de estar con nosotros. Hice de todo para animarlo, para que volviera a interesarse por nuestra vida en familia… pero nada funcionaba. Empezó a mencionar el deseo de tener otro hijo y, por un momento, vi una chispa de entusiasmo en sus ojos. Yo también me entusiasmé, y entonces comenzamos a intentarlo nuevamente.
Víctor escucha atentamente; su mirada fija observa a la madre, mientras ella hace una pausa, aún mezclando e