Marina fuerza una sonrisa y vuelve la mirada hacia Sávio, intentando disimular el nerviosismo que late en su pecho.
— ¿De verdad estás dispuesto a sorprenderme tanto hoy, no es así? — pregunta, tratando de mantener un tono ligero, aunque siente la incomodidad que envuelve el momento.
Sin notar el desconcierto de su novia, Sávio responde con una sonrisa confiada.
— Ya te dije que quiero hacer de esta noche algo inolvidable, Mari — dice, inclinándose más cerca, con un brillo en los ojos. — Basta con que digas que sí.
Su cuerpo se tensa al escuchar esas palabras. El peso de las expectativas de Sávio empieza a formarse sobre sus hombros, generando una presión sutil. Ella se pregunta si realmente está preparada para dar ese paso con él esa noche.
«¿Estoy dispuesta a hacer esto?» Piensa. Y si la respuesta fuera sí, ¿lograría vivir el momento de forma ligera y tranquila, sabiendo que Víctor está allí, al acecho, como una sombra inescapable?
— Déjame disfrutar de este momento primero — respon