El segundo día de juicio comienza, y el tribunal está nuevamente lleno. El murmullo es constante. Debido a que el primer día fue transmitido, el segundo día está aún más concurrido y la puerta del tribunal está repleta de personas. Hay curiosos por todas partes queriendo saber el desenlace del caso. En cuanto el juez entra, la sala se silencia y todos se levantan en señal de respeto.
—Podemos comenzar.
El fiscal llama al primero a declarar:
—Señor Víctor Ferraz, por favor, a la tribuna —anuncia el juez.
Víctor se levanta con una postura erguida; su presencia atrae inmediatamente la atención de todos. Camina hacia la tribuna, pasando junto a sus padres, pero sin lanzarles ni una sola mirada. Marina lo sigue con los ojos; su corazón se encoge al verlo en un momento tan difícil, pero también se llena de orgullo por la fuerza que él demuestra.
Después de ser debidamente juramentado, Víctor se posiciona ante el tribunal. El fiscal es el primero en hablar.
—Señor Ferraz, sabemos que los últ