Mientras sale de la empresa, Marina siente que las palabras de Víctor aún resuenan en su mente como un peso del que no puede liberarse.
—¿Por qué me odia tanto? —susurra para sí misma, con el corazón encogido.
Sentada en la parada del autobús, observa cómo el cielo se oscurece rápidamente. Nubes densas se acumulan en el horizonte, anunciando la inminente llegada de una tormenta. El viento frío comienza a cortar el aire, trayendo consigo una sensación de inquietud.
—Justo hoy tenía que olvidar el paraguas… —murmura con un suspiro resignado. —Solo quería tener una vida normal, ¿será mucho pedir?
Su celular vibra, rompiendo el silencio que la rodea. El nombre de Sávio aparece en la pantalla:
«Quiero verte hoy»
Al leer el mensaje, duda. Su pulgar se detiene sobre la pantalla mientras decide si responder de inmediato o no.
Pero, después del caos emocional del día, opta por guardar el celular en su bolso y vuelve a mirar el cielo, ahora cubierto de nubes oscuras. La brisa fría acaricia suav