Señor, ¿cuándo tendré un momento de paz en mi vida? Esa era la gran interrogante que tenía en mi cabeza ahora que veía como estos dos me estaban ignorando, pues me ganaron hasta el último centavo que tenía en los bolsillos.
Bueno y también porque no podía sacarme de la cabeza esas tremendas manos que estoy mirando de reojo cada vez que puedo, es que si en mi sueño hicieron maravillas, me imagino lo que hacen en vivo y en directo.
-Uff, hace calor aquí... Nicco ¿quieres que suba un poquito el aire acondicionado?
-Eso no sería bueno, señorita Piaggio, en estos momentos, Nicco está con las defensas bajas después de su salida y no queremos sumar a su condición un posible resfrío- me responde el doctor sin quitar la vista de las cartas y a mí se me cae la cara de vergüenza ¿cómo es posible que por mi calentura quiera perjudicar a mi niño? Realmente me estaba volviendo loca con él metido en la habitación.
-Entonces saldré por algo de beber ¿quieren algo?-De usted, muchas cosas-me dice en tono sugerente-, pero con un agua mineral sin gas me conformo.
-Trae dos mami, Nath me dijo que no puedo beber gaseosas mientras esté con el tratamiento y hay que hacerle caso al doctor- me responde mi niño, con el ceño fruncido viendo sus cartas.
-Okey, dos aguas minerales sin gas para los señoritos.
-Gracias mami.
-Sí, gracias mami.
-Doctor...
-Bromita, pero gracias de verdad, estoy un poco sediento después de este tremendo juego de cartas- y nuevamente ni me miraba a la cara para hablarme ¿qué extraño no? ¿será que todavía está enojado por como lo traté? ¿O será que le molestó la presencia del otro doctor? Naaaa, no creo. Deben ser locuras mías solamente.
Salí de la habitación y me encontré con el mastodonte que hace de guardaespaldas nuestro y me reí al verlo coquetear con una de las enfermeras que parecía una enanita al lado de él. Cuando me vió cuadró los hombros y me saludó, le dije que solo se ocupara de mi hijo y que iría a la cafetería y adivinen que pidió... Sí, agua. Qué fitness estos hombres, yo necesitaba café a la vena y algo que me quitara las ganas locas de tocar esas manotas del doctor ricitos.
Entré en la cafetería y me encontré al doctor Cicarelli con otra doctora muy acaramelados, creo que es su novia por como la trata, no me veo en esas circunstancias pensando otra cosa al notar como él toca su pequeña pancita.-Hola, Gia ¿ Cómo te está tratando la vida de VIP?
-Hola doctor, bastante bien, aunque...
-¿Aunque qué? ¿Alguien ha estado rondando la habitación de Nicco?
-Oh, no, no, no doctor. Solo que el doctor Malory está desde el almuerzo con Nicco y aún no se va.
-Ahora entiendo- dice otra doctora que llega a la mesa dónde está el doctor Cicarelli.
-Savannah, ella es Gianna Piaggio, la mamá de Niccola.
-Un gusto por fin poder conocerte.
-Le diría lo mismo doctora, pero...
-Tranquila cariño, ya eres una celebridad en nuestro selecto grupo de amigos- me responde la nueva doctora que acabo de conocer.
-Vannah es la psiquiatra que trabaja directamente con los trasplantados, Gia- dice con una gran sonrisa el doctor Cicarelli y la doctora asiente.
-Ah... pues doctora, un gusto en conocerla.
-Y a mí que me pinten ¿no?- dice la novia del doctor y creo que media molesta, pero eso se pasa cuándo el doctor Cicarelli le habla dándole un hermoso beso frente a todos.
-Hanna, ya conoces a Gia, pero para ser más formales te la presento. Gia, ella es Hanna Sinclair, mi futura esposa y madre de mis hijos.
-¿Usted es la mamá de Hanny?- pregunto, pues se parece mucho a la amiga de Cameron y Melanie.
-¿Así que conoces a nuestro dulce de tiramisú?- me pregunta la doctora con los ojos iluminados.
-Por supuesto, ella y los mellizos son asiduos al restaurante y cada vez que van, ella pide exactamente lo que acaba de nombrar.
-Esa es mi principessa, tan dulce como el pastel de tiramisú.
-Aunque un poquito amargo, por el café -digo y los tres sonríen por mi acotación.
-Ella es un encanto y la mejor de mis pacientes.
-¿Hanny fue trasplantada? - pregunto asombrada.
-Si, de médula ósea, hace ya varios años- responde el doctor Cicarelli.
-Ah... Ella es muy linda y amorosa con todo el mundo.
-Por supuesto, salió igualita a mí -dice todo orgulloso el doctor Cicarelli y ambas mujeres reviran los ojos y a mí me da un ataque de risa.
-Si, amor. Tienes toda la razón.
Aprovecho de beberme todo el café que puedo, mientras converso con ellos un rato.Necesitaba relajarme un poco de tsnta tensión que había pasado en la tarde. Luego, me despido para volver a la habitación de Nicco, me encuentro con un guardia nuevo,que me dice que es el reemplazo del mastodonte y le entrego a él la botella de agua. Cuando entro en la habitación de Nicco, me encuentro con los dos amigos durmiendo, se ven tan tranquilos y calmados que me siento hasta un poquito celosa de su relación, pero también entiendo que Nicco ha encontrado un buen amigo con quien pasar sus días aquí en el hospital.
Me siento un rato a verlos un rato, hasta que el sueño me vence y vuelvo a soñar con Romeo y nuestros hermosos momentos juntos, lo extraño tanto...
-Gia... despierta... Gia.
-Perdón, perdón, es que...
-Tranquila, nosotros también nos dormimos, pero ya es hora de irnos. Aunque si quieres quedarte puedo pedir que te traigan unas mantas y una pequeña cama.
-No se preocupe doctor, puedo dormir aquí, mañana tengo que volver al trabajo y aunque me cueste dejar solo a Nicco tengo que hacer el dinero para pagar la operación.
-Te entiendo, todos estos procedimientos son en extremo caros, pero si necesitas ayuda...
-No hay problema por eso, yo sabré cómo hacerlo- respondo momesta y de verdad que no sé por qué.
-Está bien, pero si necesitas ayuda, puedes contar conmigo.
-Ya le dije, doctor.
-No seas testaruda, mujer. Lo hago con la mejor de las intenciones, Nicco se lo merece.
-Buenas noches, doctor- digo en forma tajante, para que entienda de una vez que me molesta su caridad.
-Ya entendí. Buenas noches, Gia y disculpasi te molesta mi presencia.
Y así se va el doctor ricitos, luego de despedirse con un beso en la frente de mi hijo y dejándome un sinsabor en la boca. No sé lo que realmente me pasa con él, pero cada vez que está cerca me descompone y tengo ganas de ahorcarlo,no me gusta tenerlo cerca,me incomoda ¿Será porque partimos mal? No sé, pero algo de él me hace sentir recelo...
Dejo mis pensamientos en el cajón del olvido y me siento en el sofá que está al lado de la ventana y veo como llega la noche, me pongo los audífonos y comienzo a escuchar una canción, esa que me cantaba Romeo cuando estaba entre sus brazos.
"Luna que se quiebra sobre las tinieblas de mi soledad...
¿A dónde vas?
Dime si esta noche tú te vas de ronda como ella se fue ...
¿Con quién está?
Dile que la quiero, dile que me muero de tanto esperar...
Que vuelva ya...
Que las rondas no son buenas, que hacen daño, que dan penas, que se acaba por llorar ...
Dile que la quiero, dile que me muero de tanto esperar...
Que vuelva ya"...
Una lágrima loca cae por mi mejilla y otro día pasa sin él en mi vida, sintiendo ese vacío enorme que dejó su partida y que creo que jamás podré llenar. Lo amo, lo amé y lo amaré por el resto de mis días y eso nadie lo podrá cambiar, ni siquiera un doctor guapo de manos gigantes y hermosas...
------------------------------