-Esa mujer... - mascullo entre dientes.
Otro día más que comienza y otro menos para que Nicco esté lo suficientemente estable para su operación.
Estas semanas he estado entre mis consultas, operaciones y pasar las tardes con mi amigo Nicco.
Su madre ha venido menos, pues está a full de trabajo en el restaurante y con Val acordamos que al estar yo más en el hospital lo apoyaría y cuidaría para que no pasara un mal rato.
Aunque su madre, al principio, se negó, mi amiga tenía un poder de convencimiento sobre humano y doña "yo lo puedo hacer todo" tuvo que ceder.
Así que heme aquí hoy, jugando una partida de póker con Leo (el guardaespaldas que dejó Val y que no tengo la más mínima idea del por qué) y Nicco que nos tiene literalmente en la banca rota de los dulces que ha ganado.
-¡No voy!-Exclama Leo frunciendo el ceño.
-Yo tampoco, a ver Nicco dinos ¿cuál es tu secreto?
-Mmm, no se pueden contar los secretos del mago, mi querido doctor.
-No seas así pequeñajo, vamos cuéntanos.
-