Después de las fotos, la entrega de nuestros diplomas y más fotos por fin pude acercarme a mi familia y de verdad que no mentía cuando dije que estaban todos, bueno no todos, faltaban algunos, pero se entendía, su trabajo no les hacía nada de simple el tener que viajar por uno solo que se graduara y como dije en mi discurso, mi mejor amigo Elliot Scott, se encontraba en la ciudad de Ginebra trabajando en una cura para el cáncer y de verdad que lo extrañaba, con él nos hicimos amigos cuando mis papás se casaron y desde ahí fuimos inseparables.
—Pensé que estabas dando el discurso de mi funeral— Sí, ese es mi papá, que viene del brazo de mi madre y con la cantarina de Violeta revoloteando—. Felicidades, hijo. No sabes lo orgulloso que estoy de que hayas cumplido tu sueño.
—Gracias, papá. No lo hubiera logrado sin ti, sin ustedes— digo abrazándolos y besando sus coronillas, sí, había salido como mi papá Romeo, era más alto que papá y que la mayoría de mis tíos y primos, pero eso ¿A quién