—¿Qué está pasando?
Esa es la gran pregunta que todos nos hacemos en este momento e intentamos que Paolo nos explique, aunque se muerde la lengua varias veces antes de hablar.
—Ese también es uno de los motivos por los que he venido, necesito hablar contigo y con Enzo.
—¿Puede esperar unas horas por lo menos? Déjame disfrutar de mi boda— le digo un tanto molesto, pues me imagino que debe pasar algo con el idiota de Lorenzo.
—Por supuesto, no me iré hasta la próxima semana, cuando esta bella mujer y sus hijos se vayan conmigo.
—¿Tan rápido?— la cara de todos es un poema, por supuesto que sí, perder a Ágatha será complicado, sobre todo para mí porque traabaja codo a codo conmigo, pero todo se compensa, de alguna forma u otra ese hospital funciona y no sé cómo, pero somos los mejores.
Aunque a regañadientes de mi mafiosa, dejamos un rato al grupo para por fin poder dar nuestro primer baile como marido y mujer.
Tomo de la cintura a mi hermosa mujer, esposita y maravillosa mafiosa y comie