Jacqueline descubre de pronto que es madre de una hermosa bebé, el problema es que se acaba de enterar pues jamás estuvo embarazada, pero la pequeña es su hija biológica ¿Cuándo pasó eso? ¿cómo sucedió? Y ¿cómo es posible que el padre sea el hombre que jamás en la vida deseó volver a ver? ¿Por qué de todos los hombres del planeta debía ser él? La vida a veces te depara absurdas jugadas y en esta ella, no piensa perder, no de nuevo.
Leer másMi queridísima Jacqueline: Quizás te sorprenda tener noticias mías, sobre todo por que fui yo la que deliberadamente cortó todo tipo de contacto y no solo contigo, como seguro sabrás ni mis antiguos colegas y compañeros de trabajo han sabido de mi en todo este tiempo desde que renuncié a los laboratorios y Banco de Embriones Pascale & Co,. Pero debes saber que siempre estuve interesada y pendiente de lo que hacías, es por ello que sé, que por fin gracias a tus arduos esfuerzos has logrado posicionarte como una de las mejores fotógrafas que existen. No sabes que orgullosa me sentí cuando supe que trabajabas para una importante revista. Se que ahora lo tienes todo en el aspecto profesional pero también sé que has pasado por situaciones muy difíciles que te han ocasionado mucho sufrir y por ello lamento tanto tener que unirme a aquellos que solo han acarreado a tu vida problemas y dolor. De lo que nunca tuve ninguna duda es que bajo ese carácter encantador late un corazón decidido, una personalidad y un carácter fuertes que no se dejan apabullar con las adversidades.
Es por ello que me atrevo a confesarte lo que hice, por eso y por que aunque tengo más opciones no me atrevo siquiera a pensarlas. Estoy embarazada, sí, ¡lo conseguí por fin! Daré a luz en unas semanas más. Me he atrevido a pesar de los pronósticos médicos de que un embarazo me costaría la vida, por que tenía la esperanza de que mi cuerpo ayudado por mi enorme fe y amor por este bebé me ayudaran a salir adelante, pero todo indica que no será así.
Mi corazón es demasiado débil, pero al menos ahora se que moriré por amor, por una vida que deseaba fervientemente traer a este mundo. Te preguntarás como logré quedarme embarazada y es ahí donde entra mi confesión. Mis óvulos jamás hubieran logrado esto, otro de mis graves defectos de salud. Así que utilicé el único que tenías congelado en el banco de embriones y óvulos y que yo misma almacené.
Te convencí de que lo hicieras, lo sé. Y, perdóname pero no me arrepiento de lo que hice. Iba a decírtelo, ¡lo juro por este bebé que llevo en el vientre! Iba a esperar que naciera y que cuando lo vieras todo tu enojo que con justa razón tendrías quedara en el olvido al verlo. Tienes todo el derecho a odiarme, lo acepto. Lamento traer complicaciones a tu vida. Este bebé no era para ti, iba a ser mío, solo mío. Así que lo menos que puedo y debo hacer es dejarlo con su verdadera madre que eres tú y nadie mas que tú. No creo vivir mucho tiempo más después del parto. Cuando recibas esta carta ya no estaré en el mundo de los vivos, dejé instrucciones que hasta entonces la recibieras, porque aunque se que tarde o temprano me perdonarás, no quería ver lastima o reproche en tus ojos ni que me vieras moribunda.
Sé que amarás a este bebé, como lo que en realidad eres... su madre. No podía haber elegido mejor madre para él que tú y en cuanto a su padre, lo elegí porque en otras circunstancias serían la pareja perfecta, fue tan extraño, parecía que todo se alineaba para que tanto tú como él fueran los elegidos, por favor, no me odies. Igual que tú, se llevará un shock al descubrirlo, pero al menos no me podrá demandar, que irónico ¿verdad? Compartirás la custodia junto a él, es lo que quiero dadas las circunstancias: que este bebé se críe con sus padres.
Si así lo quieres cuéntale al bebé que lo amé con toda mi alma.
Perdóname.
Con amor, Sibia.
Adelanto de la historia de Gabriela : INOLVIDABLE PASION En la distancia vio que se acercaban a ella hombres a caballo vestidos a la usanza tradicional. Bueno, eso era lo normal allí ¿no? Que de pronto se aparecieran personas en esos tremendos caballos y vestidos como bandidos del desierto, aunque no lo fueran ¿verdad? ¿Serían bandidos? ¿Por qué siempre se encontraba en situaciones complicadas? Por que ella misma se las buscaba se recordó ¿Qué hacía ahí de pie esperando que llegaran? Se ajustó la mochila y sin soltar la pequeña maleta echó a correr, hecho bastante singular si se tomaba en cuenta que hacía escasos minutos sentía que no podría volver a dar un condenado paso en la arena. Con terror vio que los hombres azuzaron sus caballos y que pronto le darían alcance. Corrió como si la persiguieran mil demonios y no estaba tan lejos de esa realidad. Sorteó dunas, brincó encima de ellas y siguió corriendo, cada vez viendo más de cerca la ciudad e ignorando que su corazón quisiera sa
Dos meses después, Isla Troyanos. Sentadas en la arena Jaquie y Ally contemplaban jugar a las niñas, las actividades de cada una las habían hecho reír pues demostraban lo que probablemente serían de grandes. La pequeña de Allison desenterraba con mucha paciencia y curiosidad algo oculto en la arena. Maddie estaba decidida a torear las olas, su paciente padre se lo impedía, pero la pequeña gateaba con entusiasmo una y otra vez hacia el mar. Creo que los genes maternos se han impuesto. -Dijo Jaquie riendo. Pobrecitos de los padres, aparte de lidiar con las madres, las hijas han salido igualitas. Hablando de las nenas ¿Cuándo pensabas decírmelo? – Le preguntó Jaquie. ¿De que hablas? Sólo diré tres palabras: camarones con mermelada – Vio abrirse de par en par los ojos de Allison y sonrió satisfecha. – No es un platillo normal, bueno, al menos lo es más que aquella mezcla horrible de crema de cacahuate con yogurt que comías estando embarazada de mi sobrina, me dan escalofríos solo de
Al otro día fueron dadas de alta. Era gracioso que ellas hubieran tardado tanto en salir del hospital y Stefano pudiera andar de un lado a otro a pesar de estarse recuperando de una herida de bala. Pero su flamante esposo había arreglado todo para que ella no saliera hasta que estuviera completamente seguro que estaba bien. Lo vio acercarse con una leve cojera.¿Aun te duele?Casi nada.Si hubieras descansado…¿Para qué?Olvídalo. – suspiró ella. ¿Te despediste de Allison?Sí. – Le dijo con pesar. Su amiga regresaba a Florencia, aunque se verían en unas semanas en las Islas. Levantó la mirada y vio como Stefano la miraba con intensidad. - ¿Todo bien?Nos vamos hoy mismo a la Isla, tienes que descansar. Todo está listo.Regresar a donde se había casado y pasado su noche de bodas produjo sentimientos encontrados en Jacqueline por un lado se alegraba de estar allí con él y por otro su corazón le producía una especie de añoranza y melancolía por la incertidumbre de no saber si él realme
Todo bien. Avisa a la familia por favor que los dos están bien. – le dijo al encargado de la seguridad de los Vecchio. - Nos vemos en el hospital, tienen que revisarlos. – No añadió más detalles para no intranquilizar más a la familia, sobre todo a su esposa.Jefe tiene que venir de inmediato. Código rojo. Repito código rojo. - La sonrisa se le borró del rostro. Voy de inmediato. Quédate aquí, en cuanto la tormenta sea menor vendrá otro helicóptero. – Le dijo a Stefano.De eso nada, nos vamos todos. Eres un excelente piloto. ¿Qué pasa?Nada, sólo que voy a matar a alguien, por fin. – Fue la única respuesta que dio Máximo.Bueno, nada del otro mundo entonces. Vámonos. Subieron al aparato todos incluyendo Oscar que iba inconsciente. En vano intentó despertar a Jaquie. Al llegar a una zona segura después de un turbulento y breve vuelo, fueron rodeados por policías y paramédicos, en segundos estaban en una ambulancia camino al hospital. Dime que pasa. – Le pidió por última vez a Máximo
Yo misma te mataré. – Le gritaba Jaquie a Oscar en una mezcla de pánico por Stefano, furia y lágrimas. De un bofetón la lanzó al piso para luego abalanzarse sobre ella y lograr esta vez abrirle el vestido en dos dejándola sin nada. Esta vez si lograría su cometido, simplemente pidió que todo acabara pronto.Lo sintió encima de ella y las nauseas revolvieron su estomago. La única barrera era su ropa interior, la cual no tardaría en ser rasgada y desechada. Las sucias manos de Oscar intentaron quitarle el sujetador, débilmente ella se resistió, justo cuando daba por perdida definitivamente la batalla, vio como Oscar era levantado por detrás para luego ser lanzado por los aires. Se incorporó rápido viendo con asombro como Stefano no solo estaba de pie si no que parecía estar bien. Corrió a abrazarlo. Él la estrechó con tanta fuerza que le sacó el aire de los pulmones.¿Estás bien? Sí. Pero si vi que te dio. – con las manos buscó la herida, él la detuvo.¿Tú estás bien? – le dijo apartá
¿Quién dijo que la cárcel no servía de algo? William Se había entrenado duramente en el gimnasio durante todo ese maldito tiempo que se la había pasado allí. Sus planes habían tenido un revés, pues el cretino de Oscar no había querido ayudarlo hasta el final por estar con la maldita de Jacqueline. Aunque le había molestado no había insistido demasiado en que Oscar le acompañara, al fin esa estúpida tendría su merecido siendo ultrajada por el cruel Oscar. Había visto como trataba a las mujeres, era un maníaco en toda regla. Y en cuanto a llegar a su bella Allison no era tan difícil. Escalar para salir de esa playa rocosa era una tarea titánica, pero no por el lugar que él ya había explorado con anterioridad, al parecer antes había existido quiénes sí usaban esa zona pese a su alta dificultad para acceder, quizás igual de locos como Oscar, porque él no lo era, él solo reclamaría lo suyo. Eran como doce metros y con apoyo de rocas que parecían haberse puesto para tal fin. Con la lluvia
Último capítulo