Dos meses después, Isla Troyanos.
Sentadas en la arena Jaquie y Ally contemplaban jugar a las niñas, las actividades de cada una las habían hecho reír pues demostraban lo que probablemente serían de grandes. La pequeña de Allison desenterraba con mucha paciencia y curiosidad algo oculto en la arena. Maddie estaba decidida a torear las olas, su paciente padre se lo impedía, pero la pequeña gateaba con entusiasmo una y otra vez hacia el mar.
Creo que los genes maternos se han impuesto. -Dijo Jaquie riendo.
Pobrecitos de los padres, aparte de lidiar con las madres, las hijas han salido igualitas.
Hablando de las nenas ¿Cuándo pensabas decírmelo? – Le preguntó Jaquie.
¿De que hablas?
Sólo diré tres palabras: camarones con mermelada – Vio abrirse de par en par los ojos de Allison y sonrió satisfecha. – No es un platillo normal, bueno, al menos lo es más que aquella mezcla horrible de crema de cacahuate con yogurt que comías estando embarazada de mi sobrina, me dan escalofríos solo de