Avy entra a la oficina de Dan con una sonrisa tímida en el rostro. La puerta se cierra tras ella, y el delicado sonido de una campanilla anuncia su llegada. Desde el fondo del taller, una voz familiar la llama.
-¡Avy! ¡Pensé que no vendrías hoy! -Dan aparece entre un cúmulo de telas, sujetando una aguja en una mano y un carrete de hilo en la otra. Su rostro se ilumina al verla.-Hola, Dan. -Avy se acerca, dejando su abrigo en el perchero junto a la entrada-. Perdón por no avisarte antes, ha sido una semana... intensa.Dan frunció el ceño, dejando lo que estaba haciendo para acercarse.-¿Intensa? ¿Está todo bien? ¿Marcus? ¿Max?Avy asiente rápidamente, riendo por la preocupación de su amigo.-Todo está bien, Dan. En realidad, quería contarte algo...-¡Espera! -Dan levanta una mano, interrumpiéndola-. No me digas que cancelaste tu boda otra vez, porque te juro qué.-¡No, no, no! -Avy se ríe, sacudiendo la cabeza-.