El comedor de la mansión brillaba como un escenario preparado para una farsa. Candelabros de cristal derramaban una luz dorada sobre la mesa larga, cubierta con mantel bordado y platos de porcelana fina. El aroma de los vinos más caros flotaba en el aire, mezclándose con perfumes demasiado intensos y sonrisas demasiado falsas.
Yo no sabía que esto pasaría hasta que me mandaron a bajar esa noche a participar en esa cena. Aparentemente estaban celebrando una alianza que Luca forjó desde que tomó el poder de la familia Moretti. Por ende muchos de sus socios más allegados estaban allí con sus familiares. Y yo ya que fui presentada como "su mujer" en el evento al que fuimos semanas atrás, no podía faltar. Incluso me mandó a llevar un vestido azul noche precioso, zapatos de tacón negro y un colgante de piedras a juego con unos pendientes.
Así que estaba allí, sentada a un costado, intentando desaparecer. No era mi lugar, lo sabía. Descubrí que la cena "conmemorativa" había sido idea de Bia