—¿Qué? ¿¿Una entrevista? Omega, estás completamente loca si crees que voy a presentarme a una entrevista. ¿No es suficiente con que haya aceptado trabajar con simples humanos? —respondió Kael con arrogancia.

—Kael, lo sé, pero ya sabes cómo son estas cosas... son requisitos —respondió Lyra con suavidad.

Kael se levantó bruscamente del sofá y tomó su bastón.

—Pues prefiero no obtener ese empleo, Lyra. No voy a permitir que vuelvan a humillarme.

Lyra se incorporó tras él y lo abrazó por la espalda.

—¿Por qué siempre tienes que llevar la contraria, eh? Es una buena oportunidad para demostrar tu potencial. Además, con tu porte imponente, conseguirás ese puesto sin problema —intentó persuadirlo en tono juguetón.

Kael no pudo resistirse a su contacto; su lobo interior rugía complacido al sentir los brazos de Lyra rodeándolo, en realidad, sentirle siempre cerca lo convertía en un pequeño cachorro.

Lyra descansó esa noche y aprovechó el tiempo para hacer algunas compras. Estaba emocionada por