En cuanto el guardia de seguridad vio a Kael, lo reconoció de inmediato. Sorprendido, se le acercó con cautela.
—¿Señor Hostings? ¿Qué hace usted por aquí? —preguntó, mirándolo de arriba abajo con cierto desdén, especialmente por su vestimenta.
—Bruno… impresionante que aún sigas trabajando aquí. Fuiste de los primeros empleados. Bueno, he decidido retomar el control de la compañía —respondió Kael con tono relajado, mientras con su bastón tanteaba el camino.
—¿Retomar el control de la compañía? —Bruno frunció el ceño, confundido. Antes de que Kael pudiera decir algo más, levantó una mano, deteniéndolo.
—Señor, le pediré que espere aquí. No tengo permitido dejarlo pasar sin autorización.
—¿Qué? ¡Pero si esta es mi empresa! Yo la fundé. Vamos, ¿acaso no me reconoces, Bruno? No necesito autorización para seguir.
—Un momento, por favor. Debo anunciar su llegada —dijo Bruno mientras sacaba su teléfono y llamaba al actual CEO. Kael negó con la cabeza, era increíble que a él, le hubieran imp