—Ojalá y te pudieras ver cómo yo te veo —dice Sawyer cuando la ayuda a liberar en pie.

—¿Cómo me ves?

Sus ojos permanecieron fijos en los de ella durante un largo rato.

—Sería más fácil mostrártelo.

Antes de que Lucy tuviera tiempo de preguntarse qué quería decir con eso, Sawyer le tomó la mano y salió con ella de ahí, con cuidado para que no los viera nadie.

En cuanto vio el baño, empujó la puerta y entró con ella. La colocó de modo que estuviera frente al espejo de cuerpo entero y él detrás.

Con suavidad, con un movimiento tan lento que ella apenas se dio cuenta de que estaba sucediendo, desabrochó su blusa de guardia y se la quitó por encima de la cabeza.

Cayó al suelo. Luego Sawyer echó su cabello hacia atrás para que quedara completamente al descubierto.

Contra su voluntad, Lucy se sonrojó. Rara vez usaba el espejo en casa, y cuando lo hacía, nunca se miraba desnuda, y desde luego no durante mucho tiempo.

Se dio cuenta de que su cuerpo había cambiado desde la última vez