LUCY
La primera vez, Sawyer me penetró lenta y cuidadosamente, y no pude reprimir el gimoteo descarado que se me escapó cuando se ralentizó.
Más. Necesitaba mucho, muchísimo más.
En eso era en lo único que podía pensar en ese momento. En él dentro de mí. Lo más profundo posible.
—¿Estás bien? —me preguntó, y sonó como si le hubiese explotado un pulmón.
Sin dudas era especial. No le había ni tenido que explicar el juego que quería llevar a cabo.
Con solo verme y escucharme lo había entendido y me estaba siguiendo la corriente a la perfección.
Eso solo hacía que me mojara más de lo que ya estaba.
Ni siquiera podía responderle; estaba destruida.
Destruida por la arremetida de emociones: por estar con él, estar entre sus brazos, que me amase después de todas las cosas horribles que había pasado.
Y también estaba sin aliento, porque Sawyer tenía la frente apoyada contra la mía de forma cuidadosa, y me pareció tan bonito…
Por todo eso, y también por el dolor. Sabía que Sawyer era gra