Habitación privada VIP
Ava estaba sentada erguida en la inmaculada cama blanca del hospital, mientras Alessia permanecía de pie a un lado.
En ese momento, solo ellas dos ocupaban la habitación.
Ava contempló con satisfacción el rostro de Alessia.—Por suerte no has cambiado mucho con los años. Pude reconocerte de inmediato.
—¿Me has visto antes? —preguntó Alessia.
Ava negó con la cabeza, con una expresión de pesar.—Fue porque no me porté bien, y tú te negaste a verme. La directora Jonas, del orfanato, sintió lástima por mí y me dio una foto tuya. No la culpes.
Alessia frunció el ceño ante aquella mujer que afirmaba ser su madre. Su voz sonó fría y carente de emoción cuando preguntó con calma:—Si nunca me has visto, ¿cómo puedes estar tan segura de que soy tu hija?
—Por tu aspecto. —Ava no dudó ni un segundo—. Te pareces a tu padre. Claro que es normal que tengas dudas. Podemos hacernos una prueba de ADN. Cuando tengas los resultados, sabrás que no miento.
—Lo pensaré.
Alessia guardó si