POV: Danika Klein
Sentía todas las miradas clavadas en mí. Miradas hambrientas… como si yo fuera el espectáculo, la pieza de entretenimiento de la noche. Como si estuvieran esperando que me rompiera en pedazos para poder aplaudir mi miseria.
Y entonces lo entendí.
Credence no me había llamado para hablar conmigo. Ni siquiera para advertirme algo. Me trajo aquí para humillarme. Para exhibirme como un payaso frente a todos sus invitados.
No sabía por qué tenía que ser tan cruel. ¿Qué le hice para merecer esto? ¿En qué momento se convirtió en alguien capaz de romper a una persona de esta manera… solo por placer?
Me sequé las lágrimas como pude, intentando mantenerme de pie con algo de dignidad, aunque por dentro solo quería desaparecer.
Un mesero se me acercó y me dijo, en voz baja, “por aquí, señorita”. No dije nada. Solo lo seguí, temblando como una hoja.
La música volvió a sonar. Las risas, los brindis, las conversaciones elegantes llenaban el aire. Como si nada hubiera pasado. Como