Una hora después estaba listo, así que le acompañó abajo en silencio. Una vez entraron al comedor la familia quedó admirada por su presencia, recibiéndolo con saludos afectuosos y sonrisas.
- Te puedes retirar - le dijo a Emilia sin voltear a verla siquiera.
- Con permiso - dijo retirándose.
Se alejó hiendo hacia la cocina, donde desayunaria junto al resto del personal y es que por fortuna había sido bien recibida por estos.
- Buenos días - les saludo acercase a la mesa.
- Buenos días señorita, ande sientese - le insto la cocinera.
- Por favor llamenme Emilia - les pidió pues no veía la necesidad de esa formalidad.
Emilia entonces vio como una de las empleadas preparaba una bandeja de comida con rapidez.
- Disculpa, ¿a quien le llevas eso? - le pregunto y es que le había llamado la atención.
- Al joven Oliver - le respondió con obviedad y es que para todos en la casa lo era.
- Él no la necesitará, esta en el comedor con su familia - le dijo llamando la atención de los