Julian Reed estaba sentado en la cubierta de su yate, con el sol de las Exumas cayendo como un castigo dorado sobre su rostro. El mar turquesa se extendía infinito, pero para él, era solo una jaula. La noticia de que Alexander había rechazado el trato y que Camila, su ancla, lo había elegido a él, resonaba en su mente.
La destrucción de Blackwood Sterling Global (BST) estaba en el limbo del 98%. No había ganado. Solo había quedado atrapado.
Un mensaje cifrado llegó a su tableta, rompiendo la calma. Era de su contacto en Ginebra: "Estado de Elisa: Crítico. El reloj de arena está casi vacío."
Cerró los ojos, y la imagen de su esposa, frágil y etérea en una cama de hospital, se fundió con el recuerdo de la traición y el miedo. El lujoso yate se disolvió, y el pasado lo reclamó.
Hace cuatro años.
Elisa Reed no era solo la esposa de Julian; era su contrapeso. Una empresaria formidable en el sector tecnológico de Nueva York, era la lógica fría frente a la pasión desordenada de Julian. Su en