Los sentimientos, no significaban mucho aquella noche para ella.
La lluvia cerca de la bella toscana, era intensa, a través de la pequeña ventana, las gotas de agua formaban, múltiples figuras sin sentido, Cala las observaba con atención, trataba de recordar cómo era la lluvia en New York, ella siempre se sentaba en la sala de su mansión, con algo de vino y su laptop, y cuando su suerte iba mejor, la lluvia golpeaba los ventanales qué daban a la piscina, siempre tomaba un momento para admirar esas mismas figuras formándose, acompañadas del ruido, la media luz en ese lugar, y una manta podían lograr que Cala durmiera durante toda la noche en aquel sitio, no necesitaba llegar a su habitación, tenía todo y a todos a su alrededor, no había temor y nadie que perturbara su tranquilidad.
Al mirar aquellos pequeños riachuelos, la nostalgia la comenzaba a llenar de rabia, estaba tan sola y en peligro, pensaba en esa tarde, en lo que había comprado y como había llegado hasta ese lugar.
Encer