Pasaron algunos minutos; después de retocar su maquillaje, alisar su vestido con ambas manos, Cala, salió de la suite, bajo las escaleras, no había nadie cerca, todos esperaban por ella, de pie cerca del altar. La marcha nupcial comenzó, con el ramo de flores de bellos colores, azules y naranjas, Cala camino por el pasillo qué se formaba entre los invitados, este estaba lleno de pétalos, que no opacaban la belleza Cala, con tan solo veinticuatro años de edad, ella estaba lista, un vestido amplio de dos piezas, sin velo, una cola larga de satin con perlas cosidas a mano, en el vestido, Cala daba pasos firmes, un peinado alto, solo estilizaba más su alargado cuello, se notaban sus clavículas, ella era realmente esbelta, y estética, sus ojos enormes de un verde agua, impactaron a todo el qué la miraba por algunos segundos. —Eres preciosa —dijo Antonio al tomarla de las manos. —Y tú estás guapísimo —replicó ella, Antonio era un hombre alto y elegante, su piel blanca y sus labios r
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