Lorenzo bajó la mirada y Santiago esbozo una sonrisa, solo había un lugar en la ciudad qué era seguro para los Tattaglia, su propio cansino, tenían a alguien que administraba el lugar, Bruno sin estar seguro daba por hecho qué esa noche, su hermano y el segundo de Blake, buscarían algo de distracción en el "San remo”.
Bruno salió del despacho, Lorenzo se acercó a la salida, muy despacio, en caso de que Blake diera otra orden, pero este solo levantó las cejas, Lorenzo salió igual que Bruno del despacho.
—¿Hasta cuando vas a tratar así a Lorenzo? —preguntó Santiago, tomó el vaso de Blake y el suyo y sirvió más whisky, se sentó frente al escritorio y Blake dio media vuelta dando la espalda a Santiago, abrió un cajón y sacó un par de puros importados.
—Lorenzo, es un niño estupido que necesita hacerse fuerte, cometió un error, uno grave, y si no fuera porque es mi hermano… —dijo Blake, pero no logró terminar la frase.
—Sé que es un bambino, pero él necesita confianza —dijo Santiago, m