Extra dos... Final
Tomaron un auto y después otro, de Blake nada se sabía, Lorenzo le contaba a Cala lo que había descubierto en el mundo en ese tiempo, y no era capaz de evitar sonrojarse cuando, en la conversación el nombre de Santiago se hacía escuchar, era feliz, estaba en el mejor de sus momentos, y el amor sincero de ambos y la belleza del mundo terrenal, la libertad y la expectativa del mañana, era los ingredientes, que alimentaban la relación de Lorenzo y Santiago.
Llegaron al fin a una enorme mansión, con muros blancos, ventanales enormes, jardines de aspecto babilonico, metros y metros, de amplios salones, pinturas que valían millones, y la serenidad de la noche, todo esto le daba la bienvenida a Cala, Santiago, se adelantaba para asegurarse de que era seguro entrar mientras Lorenzo y Cala esperaban al pie de la entrada.
—¿Blake estará bien?, ¿qué significa todo esto Lorenzo? —no era para menos, Cala había soportado el camino entero llena de incertidumbre, pero ver aquel lugar y la tranquili