Todos se retiran a sus respectivas cuevas. Entonces, veo a Úrsula saliendo de detrás de una columna; ha estado observando todo. Me resulta sospechosa, su energía me parece extraña.
—Amor —llamo a Héctor, que camina a mi lado—. ¿No sentiste una energía extraña cuando pasamos por el lado de Úrsula?—Creí que era solo yo —respondió Héctor, mirando hacia atrás—. Todos mis pelos se me erizaron cuando ella pasó. No me gusta nada.Mi corazón comenzó a latir más fuerte al escuchar las palabras de Héctor. Si él también había percibido esa extraña energía, significaba que mi instinto no estaba equivocado. Me detuve un momento, observando cómo Úrsula desaparecía entre las sombras, su figura apenas distinguible detrás de las columnas del gran salón.