13. CUANDO PAPÁ SE MOLESTA
Estoy muy contenta. Hoy, mi mamá se despertó y hasta pudo sentarse en la cama. Ast me ha enseñado unos nuevos métodos de curación que debo hacerle a mi mami todos los días.
Me ha dicho que se acordó cuando le di el control anoche. Se lo daré todos los días, para ver si logra acordarse de todo y me ayuda a curar a mi mami.
Papi está muy feliz, hasta se le aguaron los ojos cuando mi mamá lo llamó en la mañana. Pero no deja de mirarme. Su mirada es dura, y aunque no dice nada, siento que está desconfiado. Toda la jornada se ha comportado así.
Es tarde, pero me dirijo al salón donde hacemos los entrenamientos. Usamos una cueva al lado, porque es mucho más amplia. Me he dado cuenta de algo que me ha dejado inquieta: puedo manipular objetos solo con mis manos, los levanto y los lanzo lejos.
—¿¡Cómo hiciste con nuestro pobre humano!? —me cuestiona Ast, interrumpiendo mi práctica.
—¡Se lo merecía! —respondo furiosa, sin mostrar un ápice de arrepentimiento.
—¡Casi lo matas! ¿Sabes