CAPÍTULO 45 — El terreno baldío
El nuevo proyecto lo entusiasmaba más de lo que quería admitir. No era cualquier construcción: se trataba del edificio más ambicioso de su corta carrera, un complejo moderno que prometía marcar un antes y un después en la arquitectura urbana de la ciudad. Cuando Gabriel Fuentes Mansilla lo había llamado para invitarlo a formar parte del proyecto, Alex no supo qué decir.
La sorpresa fue tan grande que, por un instante, pensó que se trataba de una broma. Todavía recordaba las veces que había competido contra Gabriel en licitaciones y cómo, en más de una ocasión, había perdido injustamente. Guardaba cierto resentimiento, una herida pequeña pero latente.
Sin embargo, durante aquella reunión en la oficina de Gabriel, algo cambió. El tono de su voz no tenía ni rastro de arrogancia; lo había notado sincero, incluso agradecido por su talento.
— Quiero que seas parte del equipo, Alex —le dijo Gabriel—. Este proyecto necesita una visión fresca y ecológica, nadie