CAPÍTULO 131 — Rumbo a la última curva
Gabriel había pasado la noche durmiendo a medias, desvelado por pensamientos que no quería enfrentar todavía. Pero cuando bajó al lobby del hotel y encontró a Valentino con una sonrisa de oreja a oreja, decidió que, al menos por ese día, debía apartar sus preocupaciones y acompañar a su amigo.
El auto que los recogió se dirigió hacia las afueras de la ciudad. Valentino, ansioso, preguntaba una y otra vez:
— ¿Dónde vamos? Dame una pista aunque sea.
Gabriel sonrió apenas.
— Solo te diré que vas a escuchar motores… y muy rápido.
Valentino lo miró incrédulo.
— No… ¿No me digas que…?
Pero no pudo terminar la frase, porque en ese instante, al girar por una avenida, apareció frente a ellos el gran autódromo de Fórmula 1.
— ¡No! ¡No puede ser! —gritó Valentino, golpeando el hombro de su amigo—. ¡Gabriel, no conseguiste esto a último momento, no te creo!
Gabriel soltó una risa cansada pero sincera.
— Créeme que sí. Suplicando, llamando, moviendo medio mu