CAPÍTULO 125 — Casi sale la verdad a la luz
Isabella revisa por enésima vez la pantalla de su celular, intentando calmar la ansiedad que oprime su pecho desde que amaneció. Alejandro no ha vuelto a insistir, pero su última conversación quedó dándole vueltas en la cabeza, empujándola hacia una decisión que no quiere tomar. Finalmente, cede ante la presión que ejerce sutilmente sobre todos los aspectos de su vida. Cita a Camila para compartir la tarde, y le pide que, si es posible, lleve a su madre. Necesita abrir conversaciones que han permanecido congeladas durante años, aunque está segura de que es lo correcto.
El café cerca de su oficina está relativamente tranquilo para esa hora de la tarde. Isabella se acomoda en una mesa junto a la ventana, ordena un té y mira su reflejo en la superficie del cristal. Se siente dividida entre su vida presente con Gabriel y los fantasmas del pasado que Alejandro despierta sin piedad.
El celular vibra. Es una llamada entrante: Gabriel.
— Amor —salud