CAPÍTULO 126 — La firma que nunca llega
Isabella llegó a la oficina de la abogada Serrano puntual; se encuentra sentada frente al escritorio, las manos entrelazadas sobre el regazo, intentando mantener la calma mientras espera la llegada de Alejandro. Ya han pasado veinte minutos desde la hora pactada.
— El mismo documento que le envié por correo a usted —explica la abogada con serenidad—, se lo envié también al señor Alejandro Gonzales. Él acusó recibo del archivo. Si se firma hoy, este matrimonio quedará oficialmente finalizado.
Isabella asiente sin decir nada. Lleva días preparándose emocionalmente para este momento, aunque en realidad nunca estará lista del todo. Su matrimonio con Alejandro fue un capítulo cerrado a la fuerza, luego abierto de la forma más inesperada y ahora… torcido por la obstinación de él.
— Ahora bien —continúa la abogada—, si hay inconvenientes o desacuerdos, deberemos apelar a una instancia de juicio. Esperemos que todo sea amable y podamos llegar a una buen